Derecho de sucesión: tipos, impuestos y cuándo se pierde

El derecho de sucesión es uno de los aspectos más relevantes del derecho civil, ya que regula la transmisión del patrimonio de una persona tras su fallecimiento. Este conjunto de normas permite que los bienes, derechos y obligaciones del fallecido pasen a sus herederos o legatarios, respetando las leyes y voluntades expresadas en vida.
Entender en qué consiste este derecho y cómo se aplica en diferentes contextos es crucial para poder gestionar correctamente una herencia, evitar conflictos legales y cumplir con las obligaciones fiscales que de ella derivan.

En este artículo explicaremos en detalle qué significa el derecho de sucesión, cómo se calculan los impuestos asociados, cuándo puede perderse este derecho y los distintos tipos de sucesión que existen.
¿Qué significa el derecho de sucesión?
El derecho de sucesión, también llamado derecho hereditario, se refiere a las normas que regulan la transmisión de bienes, derechos y obligaciones de una persona tras su muerte. En términos más sencillos, cuando alguien fallece, su patrimonio no se extingue sino que pasa a manos de sus herederos. Estos herederos pueden ser designados mediante un testamento o, en su defecto, según el orden que establece la ley.
El patrimonio heredado incluye tanto bienes materiales (como propiedades, vehículos, joyas) como derechos (créditos o rentas pendientes de cobro) y obligaciones (deudas o préstamos). Es importante señalar que no solo se heredan activos, también se heredan las responsabilidades económicas del fallecido, lo que puede implicar el pago de deudas o impuestos.
Tipos de sucesión
Existen dos formas principales de sucesión: la testamentaria y la intestada. Cada una de ellas tiene sus propias reglas y particularidades:
Sucesión testamentaria
En la sucesión testamentaria, el fallecido deja un documento legal, conocido como testamento, en el que expresa su voluntad sobre cómo deben distribuirse sus bienes y a quiénes desea dejarlos. El testamento es el medio a través del cual una persona puede determinar la forma en que se repartirán sus bienes tras su muerte, permitiéndole apartarse de las reglas estándar que dicta la ley.
Ejemplo: Juan fallece dejando un testamento en el que establece que su casa será heredada por su hija Ana, mientras que su colección de arte será donada a una fundación. Este tipo de sucesión respeta la voluntad del fallecido y distribuye los bienes tal como él lo decidió.
Sucesión intestada
Si no hay testamento, entra en juego la sucesión intestada, también conocida como sucesión abintestato. En este caso, la ley establece un orden de prioridad para determinar quiénes heredan los bienes. Generalmente, la ley favorece a los familiares más cercanos, como los descendientes (hijos, nietos), ascendientes (padres, abuelos) o cónyuges. Si no existen parientes cercanos, otros familiares más lejanos pueden tener derecho a la herencia.
Ejemplo: María fallece sin dejar testamento. Tiene tres hijos, y según la ley de sucesión intestada, su patrimonio se dividirá en tres partes iguales entre ellos.
¿Qué sucede con las deudas?
Es importante recordar que los herederos no solo reciben los activos del fallecido, también asumen sus deudas. Si las deudas superan el valor de los bienes heredados, los herederos pueden optar por aceptar la herencia a beneficio de inventario, lo que significa que solo pagarán las deudas hasta donde alcance el valor de los bienes heredados, protegiendo así su propio patrimonio.
Ejemplo: Pedro hereda una propiedad valorada en 100.000 €, pero su padre fallecido tenía deudas pendientes por 150.000 €. Si Pedro acepta la herencia a beneficio de inventario, solo tendrá que pagar las deudas con los bienes heredados y no responderá con su patrimonio personal.
¿Cuánto hay que pagar por el derecho de sucesiones?
Recibir una herencia no es gratuito. En muchos países, como España, los herederos deben pagar un impuesto conocido como Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. La cantidad que debe pagarse varía en función del valor de los bienes heredados, la relación del heredero con el fallecido y las normativas de la comunidad autónoma donde residía el fallecido.
¿Cómo se calcula el impuesto de sucesiones?
El proceso para calcular el impuesto de sucesiones comienza con la valoración de los bienes y derechos que forman parte de la herencia. Este cálculo incluye propiedades, dinero en cuentas bancarias, vehículos, acciones, joyas y cualquier otro activo que el fallecido poseía en el momento de su muerte.

Una vez establecido el valor total de la herencia, se aplican las reducciones correspondientes, que varían en función del parentesco entre el fallecido y el heredero. Por ejemplo, en España, los hijos y cónyuges suelen tener mayores reducciones que los sobrinos o amigos del fallecido.
Ejemplo: Si Laura hereda 200.000 € de su madre, y la ley de su comunidad establece una reducción de 100.000 € para descendientes directos, solo tendrá que pagar impuestos sobre 100.000 €, aplicando el tipo impositivo que corresponda a esa cantidad.
Coeficientes multiplicadores
En algunas comunidades autónomas, además del valor de la herencia, se tiene en cuenta el patrimonio preexistente del heredero. Es decir, si el heredero ya posee un patrimonio considerable, el impuesto puede incrementarse aplicando coeficientes multiplicadores.
Ejemplo: Si Carlos hereda 300.000 €, pero ya posee un patrimonio personal de 500.000 €, el impuesto que debe pagar será más alto que el de alguien que herede la misma cantidad pero no tenga un patrimonio previo tan elevado.
¿Cuándo se pierde el derecho de sucesión?
Aunque el derecho de sucesión es generalmente garantizado por ley, hay situaciones en las que se puede perder este derecho. Estas situaciones incluyen la renuncia voluntaria por parte del heredero, casos de indignidad o desheredación.
Renuncia a la herencia
Un heredero tiene el derecho de renunciar a la herencia, especialmente cuando los bienes heredados no cubren las deudas o cuando no desea asumir las responsabilidades fiscales asociadas. Esta renuncia debe hacerse ante notario y es, generalmente, irrevocable.
Ejemplo: Luis hereda una propiedad valorada en 150.000 €, pero descubre que su padre dejó deudas por valor de 200.000 €. Ante esta situación, decide renunciar a la herencia para no asumir estas deudas.
Indignidad para suceder
La ley también prevé que ciertos actos cometidos contra el fallecido pueden privar a una persona de su derecho a heredar. Estos actos incluyen el intento de asesinato, la injuria grave o la omisión de los deberes de cuidado hacia el fallecido. Estos actos son considerados como indignidad y pueden resultar en la pérdida del derecho a la herencia.
Ejemplo: Si un hijo intenta asesinar a su padre, puede ser declarado indigno por un juez, perdiendo así el derecho a heredar.
Desheredación
El testador, es decir, la persona que otorga el testamento, también tiene la posibilidad de desheredar a uno o varios herederos. Para que la desheredación sea válida, debe estar justificada en las causas previstas por la ley, como el maltrato físico o psicológico al testador o la negación de los cuidados necesarios.
Ejemplo: Un padre puede desheredar a un hijo si este lo maltrató durante los últimos años de su vida, siempre y cuando dicha desheredación esté justificada y se mencione en el testamento.
¿Qué tipos de sucesiones hay? (Incluye ejemplo)
Como ya mencionamos, los tipos de sucesión principales son la testamentaria y la intestada. Sin embargo, dentro de estos dos tipos existen otras variantes que pueden darse en función de las particularidades del fallecido y de su patrimonio.
Sucesión testamentaria
La sucesión testamentaria es la que se produce cuando el fallecido ha dejado un testamento válido en el que expresa su voluntad sobre cómo deben distribuirse sus bienes. A través del testamento, el testador puede dejar sus bienes a quien considere oportuno, ya sea un familiar, un amigo o una institución benéfica.
Ejemplo: María deja un testamento en el que establece que su sobrino recibirá su casa y su amigo de la infancia recibirá una suma de dinero. Al haber testamento, la distribución de los bienes sigue la voluntad expresada en el documento.
Sucesión intestada
Si el fallecido no ha dejado testamento, se aplica la sucesión intestada. En este caso, la ley establece un orden de prelación para determinar quiénes son los her
ederos. Los hijos y el cónyuge tienen prioridad sobre otros familiares, como hermanos o sobrinos.
Ejemplo: Juan fallece sin haber dejado testamento. Según la ley, su esposa y sus tres hijos recibirán partes iguales de su patrimonio.
Sucesión contractual
En algunos sistemas jurídicos, existe la figura de la sucesión contractual, en la que dos o más personas acuerdan cómo distribuirán sus bienes tras su muerte. Esta forma de sucesión es poco común, pero válida en ciertos contextos.
Ejemplo: Dos hermanos firman un contrato por el cual acuerdan que, al fallecer el primero de ellos, sus bienes pasarán directamente al segundo, evitando cualquier tipo de disputa entre otros posibles herederos.
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